"INMIGRANTES", un nuevo mundo
Hace 30 años España miles de españoles emigraron a diferentes países como Alemania. Se buscaba sobre todo mejorar la situación económica y regresar a casa en un corto espacio de tiempo, sin embargo, muchos terminaron quedándose. Hoy los inmigrantes vienen a nuestra casa. nuevos trabajadores y nuevos consumidores. fcb/tapsa ha abierto una ventana para conocerles.
Hoy las tornas se han invertido y nuestro país se ha convertido en receptor de diversos colectivos procedentes de países afectados por crisis económicas, guerras o inseguridad ciudadana. FCB / Tapsa ha realizado un estudio con el objeto de acercarse al target inmigrante en su dimensión psicosocial y de consumo. Es decir, para saber cuál es el modo de posicionar las marcas en la mente del consumidor inmigrante. Para ello, se realizó una investigación del 26 de febrero al 24 de marzo de este año con técnicas cualitativas (entrevistas y reuniones de grupo) en Madrid y Barcelona. Cuatro fueron los colectivos investigados: sudamericanos, magrebies, subsaharianos y de países del este.
La partida
La decisión de partir no es fácil por lo que implica dejar atrás su país, sus costumbres y las personas queridas. Pero la situación precaria en la que amanecen todos los días les impulsa a partir. Ese paraíso, Europa, que ven en su pequeño televisor les hace concebir la ilusión de un futuro mejor, de riqueza y en definitiva, de una mayor calidad de vida. La pena es grande pero las esperanzas son más fuertes y la certeza de regresar pronto y con dinero es un consuelo y a la vez un impulso. Está decidido, el inmigrante hace la maleta y parte rumbo a España.
No es oro todo lo que reluce
Según las conclusiones extraídas del estudio los inmigrantes reflejan diferentes sentimientos al llegar a nuestro país en virtud de su procedencia. Curiosamente uno de los colectivos que lo tendría más fácil, los sudamericanos, tienden a sentirse los más defraudados. Inicialmente se consideran muy cercanos a España y además comparten nuestro idioma. Sin embargo, la realidad es otra y su cultura, estilo de vida y valores son diferentes a los europeos. Se sienten decepcionados al ver que la “Madre patria” no otorga a sus colonos, mayores facilidades o preferencias. Además, demuestran más reticencia a integrarse y tienden a reproducir sus barrios y lugares de ocio, así como a segregarse.
En el lado opuesto de la balanza nos encontraríamos con los inmigrantes del Este que se manifiestan como los más satisfechos. A pesar de que el idioma es un impedimento bastante importante, aprenden rápidamente nuestra lengua y pasan inadvertidos físicamente entre los europeos. Además, provienen de países que en su momento tuvieron bonanza económica y están industrializados, por ello comparten con nosotros los valores y la mentalidad, además de la religión. Estos hechos les hacen gozar de una cierta superioridad dentro de la comunidad inmigrante. Al conocer con mayor precisión las características de nuestro país, son más realistas, saben lo que quieren y lo que tienen que hacer para conseguirlo.
Los inmigrantes procedentes del Magreb perciben su nueva vida como más difícil que para el resto. Las causas son su religión, costumbres, el diferente trato a la mujer y alimentación, además del racismo histórico de nuestro país frente a este colectivo. Todo ello hace que el choque cultural con nuestro país sea más grande que el de resto de colectivos. Si a esto sumamos el reciente atentado terrorista del 11-M, su situación es claramente más complicada.
Sin embargo, los subsaharianos a pesar de todas las adversidades como las evidentes diferencias físicas, su dificultad para aprender el idioma y su escasa formación cultural, se sienten afortunados con sólo haber pisado suelo europeo. El solo hecho de estar en nuestro país les compensa en todos los sentidos y además se adaptan a todo muy rápidamente por su condición de nómadas.
En el lado opuesto de la balanza nos encontraríamos con los inmigrantes del Este que se manifiestan como los más satisfechos. A pesar de que el idioma es un impedimento bastante importante, aprenden rápidamente nuestra lengua y pasan inadvertidos físicamente entre los europeos. Además, provienen de países que en su momento tuvieron bonanza económica y están industrializados, por ello comparten con nosotros los valores y la mentalidad, además de la religión. Estos hechos les hacen gozar de una cierta superioridad dentro de la comunidad inmigrante. Al conocer con mayor precisión las características de nuestro país, son más realistas, saben lo que quieren y lo que tienen que hacer para conseguirlo.
Los inmigrantes procedentes del Magreb perciben su nueva vida como más difícil que para el resto. Las causas son su religión, costumbres, el diferente trato a la mujer y alimentación, además del racismo histórico de nuestro país frente a este colectivo. Todo ello hace que el choque cultural con nuestro país sea más grande que el de resto de colectivos. Si a esto sumamos el reciente atentado terrorista del 11-M, su situación es claramente más complicada.
Sin embargo, los subsaharianos a pesar de todas las adversidades como las evidentes diferencias físicas, su dificultad para aprender el idioma y su escasa formación cultural, se sienten afortunados con sólo haber pisado suelo europeo. El solo hecho de estar en nuestro país les compensa en todos los sentidos y además se adaptan a todo muy rápidamente por su condición de nómadas.
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