Niños de la calle en España, la otra cara de la inmigración
El fenómeno de los niños de la calle parecía exclusivo de países pobres, especialmente de América Latina. Ahora, España también se enfrenta a este problema: son menores, inmigrantes, sin documentación y sin familia.
El fenómeno de los niños de la calle parecía exclusivo de países pobres, especialmente de América Latina. Ahora, España también se enfrenta a este problema: son menores, inmigrantes, sin documentación y sin familia.
Los niños de la calle ya tienen sus propias siglas: son los MINA, Menores Inmigrantes No Acompañados, un fenómeno relativamente reciente en España pero que está aumentando a un ritmo muy preocupante. Pocos estudios existen todavía sobre estos menores, entre ellos el trabajo galardonado en los Premios de Investigación Social de la Obra Social Caja Madrid: Los MINA: niños de la calle en la España del siglo XXI, de María del Mar Bermúdez.
María del Mar Bermúdez, experta en el control de fronteras europeas, analiza en este estudio la situación que viven diariamente en la calle menores con una edad media de 15 años, principalmente en las ciudades de Ceuta y Madrid. Aunque se trata de un fenómeno que también afecta a otros países de la Unión Europea, en España tiene unas características diferentes.
En España no hay datos, aunque el estudio realizado por un grupo de voluntarias de la asociación Emana calculaba que en Madrid hay al menos mil niños extranjeros que viven en la calle.
Perfil de los menores
El estudio de María Bermúdez constata que en la mayor parte de los casos, las familias conocen el viaje de estos menores, por lo que no se trata de niños en situación de desamparo completo. En cambio, sí detecta signos de que muchos de estos menores han sufrido abusos en el entorno doméstico, a lo que se añade el maltrato psicológico que implica vivir en la calle. Otro de los problemas que resalta el estudio es el consumo habitual de drogas entre estos menores, esencialmente hachís e inhalación de pegamento.
La edad media de estos menores en España es de 17 años, aunque por su desarrollo psíquico se situarían en “en la denominada adolescencia temprana y media”. “Sufren una situación de desarraigo que hace que el grupo de iguales sea su principal punto de apoyo. Además, su nivel educativo los sitúa en niveles más bajos que los correspondientes a su edad”. Éste sería el perfil de la mayoría de estos niños de la calle que analiza el estudio.
En cuanto a las propuestas para lograr soluciones a este fenómeno, María Bermúdez las resume en dos factores: Cobijo y acogida, y educación. Pero la lista se alarga para enumerar los problemas que ya requieren de una acción rápida: hambre, condiciones higiénicas, enfermedades, soledad, desarraigo emocional, delincuencia, drogas, prostitución y violencia.
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